Reescrito el 13-12-2017.
Vivimos en una época donde la POTENCIA está en boca de todos,
como si fuese la única cosa importante, usada como argumento absoluto
a cualquier disputa, creyendo que lo más potente siempre ganará.
como si fuese la única cosa importante, usada como argumento absoluto
a cualquier disputa, creyendo que lo más potente siempre ganará.
(Porque lo importante en videojuegos es que una empresa venda más que otras, ¿Verdad?).
Lo cierto es, que una vez apartas la mirada de internet y su hiperbólico y
descerebrado modo de ser, durante toda la historia de esta industria,
el cacharro más exitoso no suele ser el más potente de su generación,
hay muchos otros factores que acaban marcando la diferencia.
Si no me creéis sólo tenéis que mirar la historia del medio.
Wii fue un mayor éxito que PS3 y Xbox 360, PS2 vendió más que Gamecube y Xbox,
DS dejó muy por detrás a PSP, y NES siempre estuvo por encima de Master System.
El éxito no es una fórmula exacta que pueda seguirse, ni la potencia
de un sistema el ingrediente más importante, y no hay mejor ejemplo
de consola que, no sólo triunfaría a pesar de su inferioridad técnica,
si no que dominó a la competencia de un modo jamás visto a pesar
de sus limitaciones técnicas, esa es sin duda alguna, Game Boy.
descerebrado modo de ser, durante toda la historia de esta industria,
el cacharro más exitoso no suele ser el más potente de su generación,
hay muchos otros factores que acaban marcando la diferencia.
Si no me creéis sólo tenéis que mirar la historia del medio.
Wii fue un mayor éxito que PS3 y Xbox 360, PS2 vendió más que Gamecube y Xbox,
DS dejó muy por detrás a PSP, y NES siempre estuvo por encima de Master System.
El éxito no es una fórmula exacta que pueda seguirse, ni la potencia
de un sistema el ingrediente más importante, y no hay mejor ejemplo
de consola que, no sólo triunfaría a pesar de su inferioridad técnica,
si no que dominó a la competencia de un modo jamás visto a pesar
de sus limitaciones técnicas, esa es sin duda alguna, Game Boy.
